Significa esto, que no somos exclusivos.
O, hay que tenerlo también en cuenta, es posible que seamos famosos y que nuestra historia sea mundialmente conocida.
O que todos seamos iguales.
O que todos seamos extraños.
Todos necesitamos que nos vuelvan a decir por primera vez que las zanahorias son buenas para la vista, siguiendo por la línea de que las espinacas te ponen fuerte para ser siempre el ganador al juego que más nos pide a gritos nuestro instinto, e incluyendo todo esto el enunciado de realidad anhelada pero nunca sincera:
"Las lentejas, si quieres te las comes, y si no, las dejas"
Quiero que todos necesitemos recordar que el nombre de María cinco letras tiene, jugábamos ya con hipérbatos gongorinos cuando el chaleco de lana picaba y PICABA (todo estaba dicho y la situación era inaceptable).
Tenemos entre las manos la palanca, estamos rodeados de puntos de apoyo, nos lamentamos asegurando que de verdad queremos mover el mundo...
¿Contaba Arquímedes con esta hipocresía?
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